
El gigante energético alemán E.ON vende sus instalaciones en España. Plantas de generación que suman 4.500 megavatios, una red de distribución en el norte y un total de 650.000 clientes (Ver mapa). Su intención es desprenderse de todos sus activos en bloque, para obtener al menos 3.000 millones. Pero las grandes compañías españolas interesados en su compra, les pide que cierren las de dudosa viabilidad primero. Sobre todo los candidatos industriales que aspiran integrar activos en su balance y gestionarlos como parte de su negocio eléctrico.
El cierre de este tipo de instalaciones asume un coste social y político enorme. Por eso piden a la compañía alemana que se encarguen ellos del trámite, ya que al vender la totalidad de su negocio en España, dejarán el país y no sufrirán costes de imagen por ello. Pero E.ON mantiene que todos los activos, incluidas algunas plantas menores de termosolares y biomasa, están plenamente operativos y son viables, debido a que en los últimos tres años acometieron un plan de cierre de las plantas más obsoletos y sin viabilidad, cerrando centrales en Teruel, Barcelona y Ciudad Real.
Las empresas interesados en comparar los activos de E.ON, entre ellos Endesa, Gas Natural Fenosa y el grupo Villar Mir, negocian estos días, además de su precio, la viabilidad futura de sus activos, sobre todo los de generación eléctrica, que son el mayor preocupación, tras la reforma eléctrica. Según fuentes cercanas, la negociación de las condiciones del traspaso es lo que está causando tanta demora para la venta y por ello se ha ampliado el plazo hasta la primera semana de noviembre.
La gran mayoría de sus instalaciones no plantean ninguna duda en cuestión a su viabilidad, por eso el gran interés en su compra. Algunas plantas de generación hidráulica, como la de Aguayo, en Cantabria, son consideradas unas auténticas joyas por el sector.
Otros interesados en adquirir las instalaciones de E.ON son fondos como CVC y Brookfield